La tecnología blockchain está fuertemente asociada a las criptomonedas como Bitcoin, Ethereum o Monero. Sin embargo, su aplicación puede ir más allá de estas y se están dando los pasos para implementarla en otros ámbitos ajenos al económico.

Pero antes de entrar a reseñar ejemplos de esas aplicaciones, primero tenemos que comprender en qué consiste el Blockchain o cadena de bloques. Eso sí, lo vamos a explicar de una manera muy básica y general. A partir de ahí, cada aplicación tiene sus particularidades (como en el caso de las criptomonedas) en las cuales no vamos a entrar ya que no es el objetivo de este artículo.

Qué es y cómo funciona la cadena de bloques (muy resumido)

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Blockchain básicamente es una base de datos distribuida entre los miembros de una red. Está organizada en bloques. Cada uno de ellos cuenta con una serie de datos que enlaza al bloque anterior, lo cual es el origen de su nombre: cadena de bloques. Cada bloque es permanente y a prueba de manipulaciones.

Cuando se produce una transacción de cualquier tipo entre dos partes que están usando una cadena de bloques, esta se mete en un bloque, el cual se envía a la red de las computadoras participantes. Estas verifican las transacciones por medio de cálculos matemáticos para determinar su validez de acuerdo a una serie de reglas. De ahí, los bloques reciben un código que hace referencia a otros bloques, creando una «cadena» de registros que no puede falsificarse (lograrlo se considera imposible). Una vez que la transacción está verificada, se ejecuta.

Para comprender la diversidad de aplicaciones que puede tener una cadena de bloques, no debemos olvidar que, al hablar de una transacción, estamos hablando de la transferencia de una propiedad. Esta propiedad puede ser un certificado de nacimiento, que pasa del gobierno al recién nacido, un título educativo que pasa de la institución al alumno o, como no, una moneda que pasa de un particular a otro.

Una tecnología muy versátil

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Bajo estas premisas, es fácil comprender como la tecnología de cadena de bloques puede tener más aplicaciones al margen de las criptomonedas. Algunas de ellas, en otros aspectos de la economía; mientras que otras, en ámbitos tan dispares como el almacenamiento en la nube, la educación o la sanidad.

Y es que estamos hablando de una tecnología sumamente versátil, con lo que puede dar mucho de sí. A continuación, veamos algunos ejemplos de esos otros usos que puede dársele. Algunos, apenas son tentativos, ideas que se están explorando; otros, son proyectos en desarrollo que, en algunos casos, no terminan todavía de germinar. Pero entre todos dejan entrever el fascinante y seguro futuro que tenemos por delante gracias a la blockchain.

Registro de propiedades

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Como veremos en otros ejemplos, al final todo lo que signifique constatar autoría y/o propiedad de cualquier tipo puede recibir la aplicación de la cadena de bloques. En el caso del registro de propiedades, resulta obvio. En algunos países, ya han empezado proyectos en esta dirección. En Japón, pretenden usar esta tecnología para el registro de propiedades urbanas y rústicas y ya se han puesto manos a la obra. Desde Dubai parece que también buscan ir en este sentido.

Salud

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Lo primero que viene a la mente en este terreno es el manejo de los historiales médicos, los cuales gozarían de una mayor privacidad y seguridad, además de poder impedir de manera más eficiente su posible alteración. Pero, por otro lado, también permite una mejor monitorización de los alimentos de manera que, en el caso de un episodio de contaminación de un producto, se podría rastrear el origen de la bacteria para determinar cuáles otros podrían estar afectados y así retirarlos con más rapidez. Y, por cierto, quien dice alimentos, también podría decir medicinas.

Almacenamiento de archivos en la nube

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Un archivo digital no es en el fondo otra cosa que una serie de unos y ceros. Podemos trocearlo y, si sabemos qué parte va antes y cuál después, reconstruirlo sin esfuerzo. Eso es lo que propone el servicio Sia, que divide en partes los archivos y los comparte en su cadena de bloques propia. Debido a que nuestros archivos están distribuidos en todos los nodos de la red, no hay peligro de que se pierdan o de que no podamos acceder a ellos. Además, al usar cifrado, solo nosotros tenemos la clave para acceder a ellos. Otra compañía que apuesta por un producto similar es Storj. Market.Space, del conocido servicio de almacenamiento RapidGator, es un proyecto que apuesta también por la blockchain para este tipo de cosas pero de una manera diferente.

Artes: música, literatura, etc.

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Al fin y al cabo, una cadena de bloques garantiza que algo es propiedad de alguien, así que en el ámbito de la creación artística encaja como un guante, especialmente aquellas obras que pueden derivar en un producto enteramente digital. Existen ya varias plataformas que permiten el registro de la autoría de obras para los creadores, como Ascribe, Bitproof o Stampery. En el terreno musical, hay quien dice que se podría lograr implantar un sistema basado en blockchain para gestionar la distribución y reproducción de música. Esto todavía no está tan claro, pero en Spotify parece que andan avanzando en ese sentido.

Identidad digital

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La gestión de nuestra identidad digital es un problema que ha venido evidenciando después de los grandes fallos de seguridad y filtraciones que se han sucedido en los últimos años. Por medio de una cadena de bloques, se podría crear un sistema único para la autentificación de personas. Ya hay empresas que están desarrollando servicios de este tipo y podría ser que en pocos años se terminase por implementar una solución (o varias) más efectiva que las que hay hoy en día.

Impuestos

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En este caso, se trata más bien de una posibilidad secundaria del uso de la cadena de bloques: automatizar el pago de impuestos. No sería necesario recurrir a las complicadas declaraciones de renta y se conseguiría reducir al máximo la evasión fiscal. Claro, que a algunos es posible que esta idea no les seduzca lo más mínimo (los cuales, casualmente, serán los más poderosos), así que tal vez se trate de una opción que no terminemos viendo implementada.

Educación

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Y terminamos con un último sector cuyo ejemplo puede ser un poco redundante pero cuya inclusión obedece a mostrar lo amplio del impacto del uso de la cadena de bloques. Desde la presentación de documentación y títulos en una institución educativa hasta la corroboración de la autoría y la disminución del plagio, el mundo de la educación viviría una verdadera revolución de implantarse la blockchain en él.