El cambio climático está impulsando a buscar nuevas y creativas soluciones al desafío que el mundo de la agricultura tiene por delante. Y muchas de estas, como ya hemos visto con anterioridad, apuntan a lo mismo: al cultivo «de interior». Sin embargo, no se reduce todo a simples invernaderos, sino a un cultivo más inteligente en todos los sentidos, como el que hacen en Bowery Farming, en Kearny, New Jersey.

Las plantaciones de Bowery pueden crecer los 365 días del año gracias a su entorno totalmente controlado, lo cual les da total independencia del clima y la estacionalidad. Al mismo tiempo, su sistema también soluciona diversos problemas del el sistema agrícola industrializado tradicional que empleamos hoy en día.

«Cultivamos alimentos sin pesticidas ni agroquímicos» explica Irving Fain, fundador y CEO de Bowery. «Cultivamos más ciclos de cultivo por año que el campo, y obtenemos más rendimiento por cada ciclo de cultivo. Por lo tanto, no sólo cultivamos más de 100 veces y más productivamente que los mismos pies cuadrados de tierra agrícola, sino que también ahorramos más del 95% del agua cuando estamos creciendo».

En Bowery emplean agricultura hidropónica, lo que significa que las raíces de sus cultivos están colgando en el agua, por lo que no sólo se sumergen en ella y son capaces de tomar la que necesitan cuando la necesitan, sino que los nutrientes que requieren están también en el agua misma, gestionados por el Sistema Operativo Bowery. Este sistema se encarga de que todos los cultivos tengan exactamente los nutrientes que necesitan, convirtiéndose así este entorno en el más saludable de los ecosistemas posible.

Este sistema operativo es el cerebro de la granja. Se encuentra en la parte superior del local y está capturando constantemente millones de datos en tiempo real, datos que tienen impacto en la salud de las plantas: la calidad de las mismas, la textura, el rendimiento e incluso su sabor. También toman fotos de los cultivos en tiempo real para luego hacerlas correr por algoritmos de machine learning para poder ver y entender lo que está sucediendo con esos cultivos.

Según explica Fain, todo esto «nos permite iterar, y seguir impulsando mejoras y ajustes y cambios, de modo que no sólo hagamos crecer cultivos más sanos, de mejor sabor, más frescos y de mayor rendimiento, sino que incluso se pueden modificar cosas como los gustos a siembras específicas a medida que crecen».

El consumidor de hoy en día, como añade Fain, no solo quiere un producto de mayor calidad, sino también que crezca de una manera más responsable y sostenible. La plantación de Bowery ofrece todo eso, y con su sistema de alta tecnología marca un rumbo que puede significar un importante paso adelante no solo para la agricultura en ciudades de Estados Unidos, sino para la de ciudades de todo el mundo.