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Sin importar el tipo de aparato que se utilice, está claro que desplazarse por el aire es más rápido que hacer por el suelo. Más rápido, sí, pero también consume más recursos energéticos. Ahora bien, ¿y si pudiésemos combinar ambos sistemas de manera automática para sacar el mejor partido de cada uno de ellos?

Eso debe de ser lo que se preguntaron en el Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial del MIT al desarrollar lo que podríamos calificar como una prueba de concepto con pequeños drones. En ella, se emplea un sistema que permite determinar si es más conveniente volar o desplazarse por tierra para optimizar la duración, la velocidad y la eficiencia de la batería.

El planteamiento, según señalaron desde el MIT, toma como base lo que se vive en la naturaleza, donde podemos encontrar a muchos animales, aves e insectos por ejemplo, que realizan la transición entre volar y caminar cuando lo consideran conveniente y necesario. Desde ese punto de partida, diseñaron a sus pequeños robots para hacer lo mismo para maximizar la duración de la batería.

Y es que no estamos hablando de drones convencionales, sino de drones de pequeño tamaño, concretamente 8 con cuatro motores cada uno, que operan sobre un modelo a escala de una ciudad que cuenta con calles tradicionales, edificios y espacios verdes. Cuentan con ruedas y pueden recorrer una distancia máxima de 252 metros sobre tierra y 90 metros de vuelo puro.

El sistema busca simular cómo sería un tránsito urbano autónomo en el existiesen autos voladores que pudiesen cambiar sin problemas entre las vías terrestres y las aéreas. Hasta el momento, el prototipo que han creado puede llegar a trabajar, en teoría, con hasta 80 vehículos que estarían cooperando eficazmente entre ellos sin problemas.

Los autos voladores son un área de gran interés tanto para investigadores como para la industria privada, como hemos visto por aquí en otras ocasiones. Al margen de tratarse de un pequeño sueño de la humanidad desde hace tiempo, la razón está en que un automóvil volador eficiente permitiría solventar los problemas de tráfico que tenemos hoy en día en ciudades donde el tránsito es cada vez más denso.

El problema que sigue existiendo con este tipo de autos sigue siendo la duración de la batería, ya que volar requiere de mucha energía y la tecnología actual no permite mucho tiempo de vuelo sin recargar. Un sistema como el del MIT permitiría minimizar la necesidad de grandes mejoras en la tecnología que se emplea hoy en día, con lo que los autos voladores tendrían mayores posibilidades de que sean una realidad viable en el entorno cotidiano con mucha más rapidez.

Por supuesto, lo que han hecho en el MIT tan solo es un inicio y todavía es necesario mucho trabajo más para salir de la prueba de concepto en un laboratorio hasta la realidad pura y dura dentro de un sistema a gran escala. Pero por algo se comienza, ¿no? Y esto resulta especialmente prometedor.