El problema del tráfico suele ser una constante en la mayoría de ciudades del mundo y se trata de resolver de múltiples formas: infraestructuras, mejoras en el transporte público, incentivos para el uso de sistemas alternativos como la bicicleta, etc. La empresa privada no es ajena a este problema, y por su parte trata de contribuir a una solución planteando nuevos modelos de vehículos, como es el caso de General Motors y su EN-V, un auto eléctrico cuyo concepto podemos ver en el siguiente vídeo:


El concepto del EN-V, cuyo nombre significa *Electric Networked Vehicle*, fue desarrollado por General Motors en conjunto con Segway. Se anunció en 2009 y fue presentado en la Exposición Universal de Shanghái de 2010, donde se exhibieron tres modelos diferentes.

El EN-V está basado en dos ideas principales: la autonomía a la hora de manejar y la conectividad entre vehículos del mismo tipo. El auto, de dos plazas, puede manejarse de forma manual y también de forma autónoma, haciendo uso de sus sensores para evitar obstáculos y para parquear. También es posible comunicarse con él por teléfono para que venga a buscarnos cuando sea necesario. Además, cada EN-V puede comunicarse con otros y establecer «acuerdos» con ellos. Por ejemplo, varios EN-V pueden seguir a uno a manera de pelotón o dos pueden establecer de forma automática la mejor forma de circular entre ellos en base a lo que vaya a hacer el otro, lo cual permite reducir el riesgo de colisión.

En cuanto a la electricidad que permite al EN-V moverse, el vehículo hace de baterías de iones de litio. Para recargarlo, es posible usar una toma doméstica convencional. Cada recarga hace al EN-V capaz de moverse a una velocidad máxima de entre 30 y 40 km/h y de recorrer 40 kilómetros, más que suficiente para movilizarse por la mayoría de las ciudades.

En 2010, General Motors presentó la versión 2.0 del EN-V, ahora bajo la marca Chevrolet. Precisamente fue con esta segunda generación con la que el fabricante inició un programa piloto en conjunto con la universidad Jiao Tong de Shangái.

El programa arrancó en 2015 y tiene una duración de dos años. En él, los autos se han integrado al sistema de transporte multimodal del campus universitario junto a autobuses, bicicletas y carros, y se hace uso de 16 Chevrolet EN-V 2.0 manejados por miembros de la universidad y estudiantes graduados en ella con el propósito de recoger y analizar datos acerca de la conducción del vehículo, experiencia de los usuarios y patrones de uso. En el mismo año del lanzamiento, este programa piloto recibió el premio a la mejor práctica innovadora (Best Innovative Practice) de los Shanghai Best Practice Awards.

No es la primera vez que hablamos por aquí de transporte autónomo ni de temas relacionados con él, y siempre decimos lo mismo: todavía no es una realidad palpable, que esté al alcance de la mano de cualquiera. Hay aún un gran camino por delante en muchos aspectos. Pero ese camino se está recorriendo y propuestas como la del EN-V resultan tan interesantes como atractivas. Es cierto: cuando pasen los periodos de prueba y salgan al mercado, será entonces cuando probemos su nivel de aceptación. Pero que se esté trabajando en este sentido y que cada vez abunden más este tipo de propuestas, sin duda es una buena noticia.