Se ha visto en innumerables noticiarios y publicaciones: la ciudad estadounidense de Houston se ha inundado por completo debido a las interminables lluvias de la tormenta tropical Harvey, la cual llegó a Texas en forma de huracán pero que desde entonces se ha ido degradando hasta que ahora se considere como una depresión tropical.

La inundación ha sido de tal calibre que a la ciudad le llevará días, si es que no semanas, drenar todo el agua acumulada. O así dicen los expertos que fueron consultados por la publicación Live Science, los cuales añadieron que, en lo que se refiere a inundaciones, este ha sido un evento de los de uno en mil años.

Ahora bien, ¿por qué va a tomar tanto tiempo? Veamos cuales son las razones.

Por qué Houston podría demorar semanas en deshacerse del agua

Empecemos por decir que, según explicó Richard Luthy, profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Stanford, La mayor parte del agua tiene que atravesar el sistema de conductos y brazos pantanos de lento movimiento, los cuales pueden atascarse con escombros.

Y es que el agua no puede filtrarse a través del suelo debido a que la ciudad está cubierta en gran parte por superficies impermeables como el asfalto y, bueno, los edificios. Y aunque no hubiese tantas de estas superficies, Houston cuenta con suelos arcillosos que no absorben fácilmente el agua, con lo que la tarea tampoco es que hubiese sido sencilla. A esto no ayuda que la región sea plana en su mayoría, de manera que el agua no puede fluir tan rápido como sucedería si hubiese más zonas con desniveles.

Cuando llueve mucho en Houston, el agua termina fluyendo lentamente por una los canales y brazos pantanosos mencionados hacia el Golfo de México a través de Galveston Bay. Según dijo Luthy, estos sistemas pueden manejar alrededor de 0,3 metros de lluvia en un día, pero a partir de ahí, el agua se acumula.

Los dos embalses con que cuenta la ciudad, Addicks y Barker, fueron diseñados para retener el agua de las tormentas y así evitar que Houston se inundase. Ambos normalmente están vacíos pero ahora se han llenado hasta tal punto que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército está liberándolos poco a poco para que no se desborden o se rompan.

 

No es que fuese mucha agua, es que fue demasiada

Muchas superficies impermeables, embalses insuficientes (estaba planificada la construcción de un tercero que no se llevó a cabo), hundimientos en ciertas áreas que han ocasionado que la zona se vuelva más vulnerable a las inundaciones… Como en todo desastre, a posteriori las falencias se vuelven claras y hay que tomar nota de ellas para solucionarlas y que algo así no se vuelva a repetir.

Pero también hay otro factor importante a considerar: el desastre en sí mismo. Según señalan desde Live Science, aunque la ciudad hubiese tenido un mejor sistema de drenaje, la diferencia no hubiese sido mucha a la luz de la enorme cantidad de agua que cayó sobre ella.

Del 24 al 30 de agosto, cayeron 131 centímetros de lluvia, según el Centro de Predicción Meteorológica de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica en College Park, Maryland. Esta fue una cantidad sin precedentes. La última vez que cayó tal volumen de agua fue hace 39 años, en 1978, cuando la tormenta tropical Amelia dejó caer 121 cm de lluvia en Medina, Texas, según el Servicio Meteorológico Nacional.

Más allá de todo esto, una vez que se haya controlado la situación emergente, le llegará el turno a la ciudad de empezar a tomar medidas para evitar futuras inundaciones como está. Algunas de ellas podrían ser construir más embalses, aprobación de regulaciones para que los constructores hagan uso de superficies permeables en sus proyectos y la instalación de cisternas bajo los campos deportivos, que son permeables, para recoger el agua y reutilizarla más tarde para diferentes propósitos.

Y es que a pesar del drama que esto representa, un desastre natural de estas características representa también una gran oportunidad, como señala Newsha Ajami, hidróloga y directora de Política Urbana del Agua de la Universidad de Stanford en la iniciativa Water in the West: «Al final del día, esta es una oportunidad para que la ciudad de Houston evalúe cómo quiere implementar soluciones del siglo XXI a los problemas del siglo XXI».