El sueño de la máquina capaz de curarnos de nuestras enfermedades o sanar nuestros órganos dañados lleva entre nosotros desde hace mucho tiempo. Pero es ahora que parece que estamos más cerca de conseguir algo similar, pues unos investigadores de la Universidad Estatal de Ohio han creado un chip que es capaz de modificar células para convertirlas en aquellas que se necesitan para curar un daño.

La tecnología que han desarrollado lleva el nombre de Nanotransfección de Tejido (Tissue Nanotransfection). Se trata de un dispositivo de pequeño tamaño que aplica una corriente eléctrica para cambiar el código genético de las células de la piel, convirtiéndolas así en células de otro tipo, según se requiera para tratar una enfermedad concreta.

El chip, que se coloca en la superficie de la piel, está siendo probado en ratones y cerdos de manera exitosa. En el caso de un ratón por cuya pata no fluía sangre, los científicos convirtieron las células de su piel en células vasculares para reconstruir los vasos sanguíneos. Tres semanas después de que aplicaron el procedimiento, la pierna del ratón volvió a la normalidad.

En otra prueba, el proceso resultó incluso más prometedor, ya que cultivaron células cerebrales en la superficie de la piel de un ratón para luego inyectarlas en su cerebro lesionado. Unas semanas después, la función cerebral en el ratón fue restaurada.

El procedimiento no es invasivo en absoluto. Según explicó Chandan Sen, PhD, director del Centro de Medicina Regenerativa y Terapias Celulares del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, tan solo toma una fracción de segundo, colocándose el chip en la zona herida y luego retirándose. Tras ello es que comienza la reprogramación celular.

Por el momento, todo este proceso no ha sido probado en personas. Sin embargo,   debido a que la técnica usa las propias células de un paciente y no depende de medicación, los investigadores esperan recibir la aprobación para ensayos clínicos en humanos en 2018.

Si se prueba, tal y como los investigadores dicen, que funciona de la misma forma en seres humanos que en ratones, estaríamos ante un procedimiento revolucionario que sería capaz de sanar prácticamente todo, desde daños en el sistema nervioso hasta lesiones cerebrales. Todavía queda camino por delante, pero en verdad el futuro resulta prometedor.