Científicos han encontrado un nuevo y mortal problema para llegar a Marte

Cómic de Marte

En el mundo del cómic de superhéroes, los rayos cósmicos son conocidos por ser capaces de brindar superpoderes. No en vano fueron los que se los dieron al cuarteto que después se conocería como los 4 fantásticos. Pero eso es en los cómics. En el mundo real, podrían provocar cáncer o dejarte ciego, entre otras cosas. Ah, e impedir que exploremos Marte.

Nuestro vecino rojo es el próximo gran objetivo espacial a alcanzar. La NASA está elaborando planes para enviar allá a un humano de aquí a 2030. China espera conseguir que ese humano sea chino y que llegue en la próxima década y Rusia también está con ideas similares. Es decir, que Marte es el motor de la nueva carrera espacial, pero podría quedarse sin gasolina si no se soluciona el problema de los rayos cósmicos.

Los rayos cósmicos son partículas atómicas y subatómicas de alta energía que se desprenden de estrellas que explotan, agujeros negros y otras fuentes del espacio. La atmósfera de la Tierra absorbe mucha de esa energía dañina, de manera que apenas estamos expuesta a ella desde la superficie. Además, el campo magnético del planeta también desvía mucha radiación, lo que ayuda a proteger a los astronautas de la Estación Espacial Internacional, que orbita a sólo 400 kilómetros de altura.

Sin embargo, un astronauta rumbo a Marte o incluso estando ya allí se vería mucho más expuesto a los rayos cósmicos. Primero, durante el trayecto, que sería muchísimo más lago que los que hemos hecho hasta el momento de aquí a la Luna. Y luego, en el mismo Marte, que perdió su campo magnético hace miles de millones de años, de manera que los astronautas no contarían allí con nada que les protegiese.

Rayos cósmicos aún más mortales

Los perjuicios de los rayos cósmicos son diversos: pueden dañar el ADN, aumentar el riesgo de cáncer, producir cataratas, dañar el sistema nervioso, y generar problemas de circulación sanguínea, entre otras cosas.

De hecho, el riesgo de cáncer se ha evaluado ahora al alza debido a una investigación de Frank Cucinotta y Eliedonna Cacao, científicos de la Universidad de Nevada en Las Vegas, que reexaminaron los resultados de cuatro estudios previos de tumores provocados por la radiación cósmica en ratones.

En dichos estudios, se buscó descubrir los efectos del ataque directo a las células por parte de un rayo cósmico y se halló que este podía «coaccionarlas» para que se convirtieran en células cancerosas. Pero al revisar los estudios, se ha descubierto que los efectos secundarios podrían afectar de otra forma.

Cuando una célula recibe el impacto de un rayo cósmico, puede emitir señales químicas a otras células, lo cual podría desencadenar que las células sanas cercanas también muten en células cancerosas. Esto ha hecho que el riesgo de cáncer en el espacio profundo, al menos para los ratones, se haya establecido ahora en dos veces más alto que en cálculos anterior.

Los modelos anteriores no habían dado en realidad con este efecto dominó. Y lo que resulta más preocupante es que, según dijeron Cucinotta y Cacao en su estudio, el tipo de radiación responsable de causar este efecto fue «sólo moderadamente disminuida por la protección contra la radiación».

Un obstáculo que no es insalvable

Dicho así, podría augurarse un negro futuro para los viajes de la humanidad al planeta rojo. Pero lo cierto es que tampoco hay que ponerse tan pesimistas, al contrario: se trata de un nuevo dato que permitirá solucionar de manera efectiva un problema con el que ya se contaba.

Por un lado, tenemos que Las agencias espaciales y las empresas privadas están trabajando activamente para encontrar formas de mitigar la radiación espacial. Por ejemplo, una nueva empresa israelí está desarrollando un chaleco corporal diseñado para absorber mejor la radiación. Y no nos olvidemos de la propuesta de desplegar un escudo magnético artificial para desviar la radiación alrededor de Marte.

Por otro, tenemos que los dos científicos también dijeron en su estudio que existen «diferencias significativas» entre las tasas de cáncer en ratones y las que realmente se observan en las personas. Y añadieron que «Estas diferencias podrían limitar la aplicabilidad de las predicciones descritas en este documento».

Esto no significa que haya que tomarse sus descubrimientos a la ligera, ni mucho menos, pero da un mayor margen de maniobra que se tiene que gestionar con cautela, lo que significa que hay que, como dicen los investigadores, hacer estudios con urgencia antes de realizar misiones espaciales a largo plazo fuera de la protección de la esfera geomagnética de la Tierra.

La carrera espacial hacia Marte sigue hacia delante, pero como vemos, no es un desafío que esté precisamente exento de obstáculos. Y los logros que se alcancen para salvarlos, al fin terminarán repercutiendo en toda la humanidad, lo que será algo muy positivo. Solo esperemos que se lo tomen con calma todos los involucrados.