Aunque los smartwatches en general no han terminado de despegar por falta de aceptación, el Apple Watch se ha confirmado como una de las excepciones dentro de este segmento. Y no es que mantenga una presencia testimonial en el mercado, ni mucho menos, sino que está afectando también a otras marcas e incluso a subjunto completo de ellas: los fabricantes suizos de relojes.

Según los analistas del banco suizo UBS, en la actualidad el Apple Watch es ya «más grande» que cualquier marca de reloj suizo, con la única excepción de Rolex. Y de todas las marcas, existe una que se muestra como la más vulnerable en este estado de cosas: Swatch.

UBS añade que la industria relojera suiza ha identificado y reconoce que existe una demanda de wearables que ellos podrían cubrir, pero se muestran reacios a satisfacerla debido a que tendrían que ponerse en manos de las compañías tecnológicas que se encargan de hacer los procesadores que reemplazarían las partes mecánicas.

Además, las marcas de lujo consideran que vender wearables más baratos que sus relojes tradicionales podría ser algo que perjudicase su posición en el mercado. Y es en este punto donde se aprecia que Swatch está corriendo un riesgo mayor que los demás debido a que la empresa depende más de productos con precios más accesibles que el resto de sus pares.

Pero en realidad, la mayor amenaza para Swatch no proviene de Cupertino, sino de China. Según explica la analista Helen Brand,«Esta ha sido una región donde hemos visto un fuerte impulso, especialmente para Tissot y Longines, provocado por la emergente clase media china. Si este consumidor prefiere el Apple Watch sobre estas marcas, podría ser una amenaza para la perspectiva de crecimiento a medio plazo de Swatch».

Mientras que, según dijeron desde Bloomberg, Swatch está trabajando en un smartwatch que sería lanzado hacia finales de 2018, otras marcas de relojes (aunque no suizas) ya han entrado en este mercado, como ha sido el caso de Fossil. Pero esta incursión no ha conseguido que la compañía siga experimentando una disminución en sus ventas. Cuando, durante el primer trimestre, informaron de ganancias menores a las esperadas, el CEO de Fossil, Kosta Kartsotis, dijo que «la categoría de relojes está experimentando un cambio significativo».

 

Una ventaja desaprovechada: la percepción sobre el Apple Watch

Apple está intentando dotar a su reloj de un aura que lo haga verse como un producto de lujo, como una joya por decirlo así, que es el factor que da ventaja a los productos de los fabricantes suizos. Sus relojes son atemporales y, además, pueden llegar a tener un valor emocional al ser regalados.

Que un producto tecnológico adquiera este aura es complicado ya que se percibe de manera diferente, más pragmática, por su propia naturaleza: un smartwatch se vuelve obsoleto después de unos años si la batería empieza a fallar o el fabricante deja de proporcionar actualizaciones del sistema operativo.

Es esta visión del segmento lo que provoca cosas como que, en una encuesta realizada en mayo por UBS acerca de 8 mil usuarios de celulares inteligentes, se descubriera que la mayor razón por la que la gente no quería un Apple Watch era porque pensaban que no lo necesitaban.

Pero dado que, con esta ventaja y todo, los fabricantes suizos siguen perdiendo frente a Apple, eso quiere decir que, como decía Kartsotis, algo está cambiando en el mercado de relojes. Y como no averigüen en Suiza qué es lo que ocurre, lo que van a descubrir es que ese posicionamiento que no querían perder lo han terminado, al final, perdiendo.