Google con sus Google glass, Microsoft con sus HoloLens, Facebook con su Oculus Rift… Parecería que los grandes de la industria pretenden que nos pongamos gafas sí o sí. Y no solo los grandes, porque también hay otros más modestos (al menos de momento), que parecen pretender lo mismo. En este caso, estoy hablando de Snapchat, de quien se sabe desde marzo que está trabajando en el tema y de quien recientemente se ha confirmado que ya lo estaban haciendo desde meses antes.

Por hacer un poco de recorrido, fue en marzo de 2016 que CNET reportó que Snapchat estaba realizando contrataciones de expertos en hardware, concretamente personal que estuvo en el equipo de las HoloLens y gente que ha trabajado el tema de la realidad aumentada, además de una diseñadora de gafas. Pero recientemente, una fuente ha hecho caer en cuenta a Business Insider de que la compañía lleva trabajando en esto desde antes, pues en agosto de 2015 un paparazzi tomó unas fotos del CEO de Snapchat, Evan Spiegel, llevando un prototipo de aquello en lo que están trabajando.

En dichas fotos, Spiegel aparece con unas gafas que tienen un marco más grueso (posiblemente para llevar la batería) y una cámara a un lado de cada lente. Cuando aparecieron, nadie pensó que las gafas fueran algo más que gafas de sol, algo totalmente lógico pues por entonces no se conocían los planes de la compañía.

Todavía se sabe muy poco de los planes de Snapchat, más allá de lo que podamos deducir a partir de las contrataciones que ha hecho y de descuidos como este (parece que Siegel no quería exhibirse, sino que, imagino, probar sobre el terreno). Por el momento, todo esto solo consigue generar más preguntas: por ejemplo, si serán unas gafas multifunción o solo se conectarán con Snapchat y servirán para publicar en ellas. El entrar en el terreno de la realidad aumentada puede significar que el servicio pretenda ir más allá de aquello en lo que están enfocados ahora, algo que tampoco tomaría por sorpresa porque Snapchat empezó como una aplicación para tomar y enviar fotos que se autodestruían al poco tiempo y ahora se ha convertido en un híbrido entre una app de mensajería y una de noticias, manteniendo la naturaleza efímera del contenido.

Snapchat, esa compañía que da sorpresas

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Que grandes compañías como Google, Microsoft o Facebook se metan también en el sector del hardware de consumo no es una novedad. Por ejemplo, Microsoft lo hizo con mucho éxito con su consola de videojuegos. Lo llamativo es que una compañía de menor tamaño como Snapchat esté también metiéndose en el tema.

En la actualidad, Snapchat goza de mucho predicamento entre las audiencias más jóvenes, lo cual ha llamado la atención de muchas empresas y medios de comunicación que están experimentando en la plataforma. También en Ecuador ha ido prosperando poco a poco y su utilización está extendiéndose cada vez más, una tendencia que sin duda irá a más cuando figuras públicas como Miss Ecuador 2016, Bianka Fuentes, declaran ser usuarias activas.

Y es que la empresa ha sabido ver y aprovechar la oportunidad que tenía ante sí y parece estar sacándole bastante rendimiento. Ha demostrado tener una capacidad de reacción envidiable, especialmente si la comparamos con otras compañías más grandes o incluso con los tres monstruos antes mencionados.

Es por ello que este proyecto, secreto por el momento, puede ser digno de recibir atención. Snapchat ha demostrado tener cintura para adaptarse y evolucionar, por lo que su incursión en el hardware podría dar una sorpresa a más de uno.

Ahora bien: aunque esto incrementa sus posibilidades de éxito, o al menos hace que se las valore de manera positiva, hay que considerar que se está metiendo en un terreno en el que ni es el primero, ni será el último y, sobre todo, que no está del todo claro.

¿Hay futuro para las gafas inteligentes?

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Tras los smartwatches, las gafas parecen ser el próximo wearable en el que la industria pretende enfocarse. No es algo nuevo, ni mucho menos. Pero si los relojes inteligentes están teniendo una acogida discreta, las perspectivas de unas gafas high-tech, al menos al nivel de tecnología de consumo, en principio no parecen muy prometedoras. Tal vez es por eso por lo que los tres proyectos que más resonancia han producido (Google glass, HoloLens y Oculus) adoptan diferentes variantes y enfoques sobre el mismo tema.

Google glass despertó mucha expectación y luego terminó por enfriarse hasta el punto de que no se sabe con claridad en qué estado se encuentra el proyecto. El mismo camino parecería que van a seguir las HoloLens de Microsoft: aunque todavía es temprano para decirlo, ya empiezan a aparecer voces que están frenando las expectativas, más que nada porque parece ser que la tecnología no está aún lo suficientemente madura. Sin embargo, hay que considerar que el proyecto de los de Redmond va en un sentido diferente a lo de Google. Y lo mismo ocurre con Oculus Rift, tecnología que fue comprada por Facebook, y que siendo la que parece tener más aceptación, en principio va dirigida más al sector del videojuego y afines.

De lo de Snapchat se puede decir que parecería estar más en sintonía con las Google glass. En principio, parece una tecnología pensada para usarse en el día a día, tanto mientras estás en sitios públicos como en privado. Eso quiere decir que se va a topar con los mismos obstáculos que se encontraron en Mountain View. Y uno de ellos es la privacidad. Porque hay que plantearse lo siguiente: ¿te sentirías cómodo con alguien frente a ti que pudiese estar grabando o publicando todo lo que ve a su alrededor sin que tú lo sepas? Sí, eso es algo que ya se puede hacer con un celular, pero unas gafas facilitan mucho la tarea.

Por otro lado, está el tema de la madurez de la tecnología. ¿Está lo suficientemente avanzada como para proporcionar una experiencia fluida? Y de estarlo ¿es el mercado capaz de proporcionar una experiencia atractiva, que vaya más allá de lo anecdótico o de una mera muestra de sus posibilidades? Y si seguimos halando del hilo, podrían continuar apareciendo muchas preguntas más.

El caso es que el futuro de lo que ya podemos denominar como gafas inteligentes es en realidad incierto. Tanto o más como el de los relojes, que no se termina de asentar. Que Snapchat pueda lidiar con esta incertidumbre y salir airosa es algo que todavía está por verse. En especial tras las Google glass, hay razones para ser escéptico, pero eso no quiere decir que no haya que dejar de esperar lo que tenga que decir Snapchat en este terreno.

Imágenes: Business Insider, Snapchat, Ted Eytan