Imagen de varios trabajadores

Históricamente, la automatización ha ido provocando cambios en el mercado laboral de manera continua. Sin embargo, el progreso tecnológico acelerado que vivimos en los últimos tiempos tiene la pinta de que va a provocar un impacto social como nunca antes hemos visto.

Así se desprende de un estudio realizado por el McKinsey Global Institute (MGI), en el que han participado expertos del departamento de Economía de Oxford y el Banco Mundial y que abarca 46 naciones en total. En él se afirma que la fuerza laboral a nivel mundial experimentará una reducción de su quinta parte allá por el año 2030.

Será dentro de 13 años cuando hasta 800 millones de trabajadores podrían perder sus empleos a causa de la robotización, afectando tanto a países desarrollados como a los emergentes aunque en diferente medida. Incluso si la extensión de la automatización se realizase menos rápido de lo esperado, la cifra de trabajadores afectados tan solo se reduciría a la mitad: 400 millones en todo el mundo.

Al decir «afectados», se refieren a que estos trabajadores perderán su empleo y deberán encontrar otro. Sin embargo, cifran en torno a los 375 millones los que no lo encontrarán debido a la falta de preparación y conocimientos. Algo bastante inquietante pues estamos hablando de que 14% de la fuerza laboral mundial se quedará en la calle sin oficio ni beneficio.

Distintos países, distintas velocidades

Como hemos dicho, el cambio afectará tanto a naciones desarrolladas como a emergentes, pero lo hará a distinta velocidad e intensidad. En principio, el impacto será mayor en los países ricos, como Estados Unidos, Alemania o Japón. Allí, en torno al 25% de los empleos serán automatizados y esto impactará sobre todo en la clase media.

En las naciones en desarrollo, como India o México y posiblemente podríamos meter aquí a Ecuador, se considera que no será posible comprar la tecnología necesaria para automatizar ciertos trabajos por falta de presupuesto. Es por ello que, en un principio, solo se verían afectados el 9% de los empleos y la clase media de estos países no se vería afectada.

Pero ya lo hemos dicho: será solo cuestión de tiempo que la situación cambie. Porque, como explican en Xataka, la tecnología terminará por disminuir sus costes y al final terminará siendo accesible para todos, como suele ocurrir. Eso sí, antes, la mano de obra barata permitirá algunas compañías migren a los países en desarrollo y que estos reciban un nuevo impulso económico.

Sí hay esperanza, pero con esfuerzo

Según el estudio, los empleos que se verán más afectados son los más físicos, por decirlo así. Por ejemplo, operarios de maquinaria o empleados de cadenas de producción. También otras actividades como trabajadores de comida rápida, administradores de oficina e incluso conductores de taxis o camiones de reparto.

Sin embargo, esto no quiere decir que no habrá nuevas oportunidades laborales. Al contrario: aparecerán nuevas opciones pero será necesario para aprovecharlas hacer una transición que pasa por aprender nuevas habilidades. Según el estudio, estos nuevos trabajos incluirán atención de salud para poblaciones que envejecen, especialistas en tecnología e incluso jardineros. Según dijo en una entrevista Michael Chui, que forma parte del instituto, «Con el tiempo, todos vamos a tener que cambiar y aprender a hacer cosas nuevas».

Por lo tanto, y aunque 13 años puede sonar poco, todavía tenemos tiempo para prepararnos para el cambio que se viene. Tanto jóvenes como mayores deben afrontar que tienen un camino lleno de retos por delante y cuanto antes se preparen para enfrentarlos, mejor.