Seguro que en más de una ocasión te has sorprendido a ti mismo entrando a Facebook varias veces al día. ¿Te has preguntado por qué lo haces?

La respuesta es que esta red social está diseñada de forma que nos proporcione ciertos estímulos y recompensas para que entremos en ella y permanezcamos allá cuanto más tiempo, mejor. De la mano de Jeff Bullas, a continuación revisaremos cuáles son estos estímulos que logran que, cuando entramos al invento de Mark Zuckerberg, nos cueste mucho salir de él.

 

Validación

Todos, en un momento u otro, tenemos la necesidad de sentirnos validados. Facebook ayuda a conseguirlo por medio de sus «Likes». Porque, no nos engañemos: ¿a quién no le gusta que una opinión o una foto reciba muchos «likes»? Al recibirlos, sentimos que alguien está validando lo que hacemos. Y al revés: cuando no recibimos ninguno, nos sentimos ignorados.

Recompensa variable

En los años 30 del siglo pasado, el psicólogo B.F. Skinner demostró en ratas que estas eran más propensas a volverse adictas cuando la recompensa que recibían era variable. Es decir, que a veces recibían recompensas y a veces no.

Lo mismo nos pasa con Facebook. Lo que nos mantiene enganchados a la red social no es solo el contenido que encontramos en ella, sino que unas veces ese contenido sea emocionante o relevante para nosotros y otras veces no.

 

Miedo a perderse algo

El flujo de información constante que circula por las redes sociales ha hecho que aparezca algo que se conoce en inglés como «FOMO»: Fear of missing out, o miedo a perderse algo. Y es que la curiosidad consustancial al ser humano, que nos hace estar pendientes de todo lo que nos rodea, también es lo que nos hace entrar a la red social para enterarnos de lo último que ha pasado.

Con el paso del tiempo, nos acostumbramos tanto a estar recibiendo el flujo de información que nos proporciona Facebook que cuando no lo recibimos con la misma frecuencia, sentimos una carencia, una sensación de que… bueno, nos estamos perdiendo algo, de que no estamos al día con lo que sucede en nuestro entorno.

 

Sonidos

Los sonidos de las notificaciones de nuestro teléfono nos impulsan a echar un vistazo para ver que nos tiene que «decir» nuestro teléfono. Pero el sonido del Messenger de Facebook nos provoca revisarlo porque tiene otro significado: es un mensaje privado, es comunicación con otro ser humano. Y dada la necesidad que tenemos todos de comunicarnos, no renunciamos a satisfacerla.

Y ya dentro de Messenger, tampoco hay que olvidar otro elemento que hace que permanezcamos en la aplicación: los puntos que aparecen moviéndose cuando alguien está escribiendo. Sí, es útil. Pero también es una pequeña táctica para que no cerremos el sistema de mensajería: nos despierta la expectación por lo que va a decir la otra persona.

 

Vibración

Aunque desactivemos el sonido al poner el teléfono en modo silencioso, la vibración de las notificaciones es otro estímulo que nos lleva a revisar nuestro terminal. Por defecto, la mayoría de las aplicaciones vienen con la vibración activada, de manera que lo normal es que los usuarios no cambien esta configuración. Y en Facebook lo saben, por lo que también su aplicación la tiene activa por defecto.

 

Conexión

Todos buscamos conectar con otros seres humanos. Desde sus primeros días, Internet facilitó la posibilidad de conectar con personas que compartan nuestros mismos intereses y pasiones, ya sean varios, todos o tan solo uno. Es decir, nos permite encontrar nuestra «tribu», nuestra comunidad.

Facebook hace esto más fácil todavía, por lo que querer estar conectado con otras personas se convierte en una motivación muy poderosa para usar esta red social.

 

Inversión

Para una empresa, tener presencia en Facebook es sin duda una inversión. Pero, ¿para una persona? Pues también. Y una inversión que reporta beneficios.

Los beneficios se obtienen de varias formas. Ya hemos visto algunos de ellos, como la validación y la conexión. Pero en realidad va más allá. Cuanto más usamos la red social, se va convirtiendo poco a poco en una especie de diario público, una herramienta con la que guardamos registro de partes de nuestra vida. Tal vez no nos hayamos parado a considerarlo, pero en el fondo todos sabemos que podemos recorrer nuestro perfil para rememorar situaciones y personas gracias a lo que publicamos en el pasado.

 

Un gran recurso para las empresas

Este conjunto de factores son los que hacen que permanezcamos tanto tiempo en Facebook. Y es por ello que la red social se ha convertido en uno de los principales lugares donde a una empresa le interesa estar. Al fin y al cabo, allí es donde está el público. Y también en Ecuador, donde Facebook ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años.

Sin embargo, no es suficiente con estar ahí, pues así solo se consigue desperdiciar recursos. Lo mejor que puede hacer cualquier marca es recurrir a servicios de agencias que manejen su presencia de manera profesional y optimizada, empleando estrategias creativas e innovadoras para sacar partido a esa enorme audiencia con que cuenta la red social.