Las principales diferencias entre el iPhone 8 y el iPhone X

Y llegó el día. Y no hubo iPhone 7S, sino iPhone 8. Y por lo tanto, el que se decía que iba a ser iPhone 8 terminó renombrado como iPhone X («diez», no «equis»).

En el flamante auditorio Steve Jobs del recién estrenado complejo Apple Park, Tim Cook se subió al escenario para dar a conocer los nuevos modelos del producto estrella de la compañía, unos modelos acerca de los cuales llevamos meses escuchando filtraciones y rumores de todo tipo.

Aunque la jornada dio más de sí y aparecieron otros productos, los teléfonos fueron los protagonistas y es por eso que ahora vamos a centrarnos en ellos. Cook presentó en total 3 modelos de iPhone: el iPhone 8, el iPhone 8 Plus y el iPhone X, que como se esperaba terminó siendo la sensación del evento.

iPhone 8 y iPhone 8 Plus: una nueva iteración

Los dos iPhone 8 son una nueva iteración sobre lo que ya ofrecían los iPhone 7, con más almacenamiento, más capacidad de procesamiento, mejores cámaras y mejor resolución de pantalla.

Antes de meternos dentro del teléfono, miremos lo que hay por fuera, aunque no hay mucho que decir: el diseño de los 8 tan solo es ligeramente diferente al de los 7. El principal detalle diferenciador es que los 8 vienen ahora con la parte posterior de vidrio que es un poco más gruesa que los modelos anteriores. En cuanto a colores, se podrá optar por uno de estos tres: oro, plata y gris espacial.

Y ahora sí, vamos a las tripas de los equipos. Ambos modelos vienen con el nuevo procesador A11 Bionic de 6 núcleos. Según Apple, cuenta con 4 núcleos que son hasta un 70% más rápidos que el A10 Fusion y dos más que son hasta un 25% más rápidos.

En cuanto a la RAM, no se sabe nada: no han dado especificaciones. De hecho, esta especificación en concreto no aparece (al menos en este momento) en la página oficial. Por lo tanto, podemos especular que seguirán la línea de los modelos anteriores y el iPhone 8 vendrá con 2 GB y el 8 Plus con 3GB.

Pero en almacenamiento, estos nuevos modelos sí crecen. Las dos opciones existentes serán de 64 GB y 256 GB, duplicando así las capacidades de 32 GB y 128 GB que había anteriormente.

En lo que se refiere a la pantalla, repetimos tamaños: 4,7 y 5,5 pulgadas, ambas Retina HD. Pero se introduce una nueva característica en ellas, la tecnología True Tone. Esta apareció primero en el iPad Pro de 9,7 pulgadas y ajusta la calibración de la pantalla cambiando color, intensidad y temperatura en relación al ambiente en el que nos encontramos. Las resoluciones son como las de sus antecesores: 1334 x 750 pixeles a 326 ppi para el iPhone 8 y 1920 x 1080 pixeles a 401 ppi para el iPhone 8 Plus.

La cámara también ha sido mejorada. En la presentación resaltaron desde Apple que puede grabar vídeo en 4K pero a una velocidad más rápida. También es capaz de grabar en cámara lenta a velocidades super-altas: 240 fotogramas por segundo a una resolución de 1080p. En cuanto a resoluciones, 7 megapixeles para la frontal y 12 megapixeles para la trasera (en el caso del 8 Plus, esta resolución se aplica a las dos cámaras).

Y terminamos el repaso de estos modelos con la carga inalámbrica, que es la razón por la que estos teléfonos tienen la parte posterior de vidrio. Aunque hay varios estándares para este tipo de carga, desde Apple dijeron usar el más común: Qi (que, por cierto, se pronuncia «chi»). Para la carga inalámbrica, Apple ofrece un nuevo accesorio: el AirPower, que permitirá cargar al mismo tiempo un iPhone, un Apple Watch y unos AirPods.

iPhone X: varias despedidas

Echando mano solo de memoria, se puede afirmar que prácticamente todos los rumores acerca del iPhone X (excepto su nombre) se vieron confirmados. Vamos a repasar sus características a continuación, pero lo haremos comparándolo con los otros dos modelos.

Empezamos desde luego con el diseño, para lo que primero hay que meterse con la pantalla. Esta tiene un tamaño más grande que la del iPhone 8 Plus, 5,8 pulgadas. Además carece de marco y, efectivamente, es una pantalla de tipo OLED, no LCD como los modelos anteriores. Descrita como «Super Retina HD», tiene una resolución de 2436 x 1125 pixeles a 458 ppi. También hace uso de la tecnología True Tone.

Se le dijo adiós al botón de inicio. Ahora, para activar el teléfono tan solo hay que tocar la pantalla. Y también se le dijo adiós al sensor de huellas dactilares, el cual ha sido reemplazado por un sistema de identificación facial que Apple ha bautizado como FaceID. Para implementarlo, se ha tenido que incluir una nueva tecnología en la cámara frontal, la cual ha sido denominada como TrueDepth.

Según Apple, FaceID permite reconocer al usuario tanto si lleva sombrero, como si lleva gafas o maquillaje, y también funciona en la oscuridad. Esto lo consigue gracias a que el procesador A11 cuenta con una parte especial llamada «motor neural» para ejecutar software de machine learning e inteligencia artificial. Siempre según la compañía, existe tan solo una probabilidad de una en un millón de que FaceID sea desbloqueado por otra persona.

Dejando aparte algunas características nuevas de software que funcionan solo en este modelo, como los animojis (emojis que animamos con nuestro rostro), el resto de características son prácticamente las mismas que las del iPhone 8 Plus, el modelo con el que sin duda es mejor compararlo dentro de la gama de Apple.

El procesador es el mismo, la cámara posterior es la misma (aunque con un teleobjetivo con apertura de ƒ/2,4 a diferencia del ƒ/2.8 del 8 plus), de la RAM tampoco se ha hablado (¿podremos dar por bueno que se trata de 3 GB?) y las opciones de almacenamiento también son dos, con 64 GB y 256 GB.

En cuanto a la batería, el iPhone X lógicamente también soporta la carga inalámbrica. En duración, según Apple dura dos horas más que la del iPhone 7.

Por último, sí quedan un par de diferencias que reseñar. La primera son los colores del equipo, que serán plata y gris espacial. Y la segunda es la de las dimensiones y peso, que curiosamente se quedan a medio camino entre las del iPhone 8 y las del 8 Plus. El iPhone X, con una pantalla más grande, es menos alto que el 8 Plus (143,6 mm contra 158,4 mm), menos ancho (70,9 mm contra 78,1 mm), un poco más grueso (7,7 mm contra 7,5 mm) y algo más ligero (174 g contra 202 g). Hay que ver lo que consigue prescindir del marco.

La gran diferencia: el precio y la disponibilidad

Pero sin duda, la verdadera diferencia entre los tres modelos está en el precio y la disponibilidad. El precio oficial de Apple para el iPhone 8 parte de 699 dólares y el del iPhone 8 Plus de 799 dólares. Podrán preordenarse a partir del viernes 15 de septiembre las entregas comenzarán a realizarse a partir del 22 de septiembre. Es decir, que se pueden comprar los teléfonos prácticamente ya.

En cuanto al iPhone X, la preorden se podrá hacer desde el 27 de octubre y los equipos se entregarán a partir del 3 de noviembre. Y como se venía diciendo en la rumorología, su precio supera a todos sus antecesores: 999 dólares para el X de 64 GB y 1.149 dólares para el de 256 GB.

200 dólares separan al que era antes el celular de gama más alta de Apple del nuevo modelo que ya podría calificarse de lujo. A la vista de las especificaciones, ¿vale la pena el esfuerzo? Pues depende de cada quien, lógicamente. Pero sobre todo, depende si eres un usuario fiel de la manzana. Si no lo eres, es muy posible que haya otras opciones más interesantes y económicas para ti. Pero de esto hablaremos en otra ocasión con un poco más de detalle.

Fuente: Business Insider (1 y 2)